Anfiteatro Romano de Mérida (España)

La construcción del Anfiteatro romano se planificó junto con la del teatro, realizándose su obra pocos años después. Según se deduce de las inscripciones halladas en su interior, el edificio se inauguró en el año 8 a. C.

Con el término de la obra se completaba el proyecto de completar a la colonia Augusta Emerita, ya entonces capital de la provincia Lusitania, de una gran área pública para espectáculos, acorde con su categoría política y administrativa.

En el Anfiteatro se celebraban juegos gladiatorios y luchas entre animales o entre hombres y animales (venationes) que, junto a las actuaciones del circo, fueron las preferidas por el público.

El graderío (cavea) se construyó en parte sobre la misma colina que el Teatro. Dieciséis puertas abiertas a lo largo del perímetro de la fachada permiten acceder a esta zona, siendo la principal la situada en el occidental.

Dos de las puertas, situadas al noreste, se hallan cerradas por la muralla, desconociéndosa la causa.

Como casi todos los edificios de este tipo, sus gradas se dividen en tres sectores: ima, media y summa cavea (inferior, media y superior ), no quedando apenas restos de esta última. En la ima cavea se pueden apreciar las restauraciones que efectuó Menéndez Pidal en los años 50.

Dos tribunas se construyeron sobre las primeras gradas, en los extremos del eje menor del edificio.

A la del oeste, reservada a las autoridades, se accede por dos escalerillas que parten de la galería que da a la puerta principal. La del este, restituída, era ocupada por la persona que financiaba el espectáculo. Dos escaleras comunican esta tribuna con la arena. En los frentes de ambas estuvieron colocadas las inscripciones (actualmente en el Museo Nacional Arqueológico) que han permitido conocer la fecha de inauguración del edificio.

Algunos restos aparecidos permiten suponer la existencia de otros dos palcos de honor sobre cada una de las dos puertas de acceso a la arena que se abren en los extremos del eje mayor.

La arena, de forma elíptica, era la zona donde se desarrollaba el espectáculo.

Un alto podio, para proteger al público, separa la arena del graderío. Este muro estuvo recubierto de mármol y rematado con una cornisa. A esta zona corresponden los restos de pinturas murales que representan los espectáculos del anfiteatro y que se pueden contemplar en el MNAR.

En el centro de la arena se cavó una gran fosa en forma de cruz sobre la que se han vertido numerosas opiniones. Probablemente estuvo cubierta con un entarimado y su interior sirvió para almacenar las jaulas de las fieras y material escénico.



Dos largas galerías permitirían, además del acceso a las gradas, la entrada de los gladiadores a la arena. En ellas, a los lados, se abren habitaciones posiblemente para uso de los gladiadores aunque el tamaño de las mismas hace que autores las consideren reservadas para las fieras.

Es probable que alguna de estas habitaciones estuviera dedicada al culto de la diosa Némesis (a la que se encomendaban los participantes en los juegos), según se deduce de una inscripción hallada en la galería sur.

ENLACES:

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